En la cocina, mantener el orden no ayuda solo a ahorrar tiempo, sino también a conservar mejor los alimentos. La organización resulta esencial para almacenar y tener más fácil acceso a todo en nuestro día a día, contribuyendo así a reducir el desperdicio.
Con un tercio de la comida que se compra en la basura, la concienciación y la sostenibilidad se vuelven cruciales, necesitando estrategias claves para evitarlo.
Te dejamos aquí una serie de consejos con los que experimentarás beneficios notables, como ahorro de tiempo y dinero, con el único hecho de mantener la despensa en las condiciones más óptimas.
Realiza una limpieza exhaustiva
Comienza despejando cada rincón de la despensa. Elimina productos caducados o que llevan mucho tiempo almacenados. Limpia meticulosamente estantes, cajones y superficies.
Agrupa por categorías
Organiza tus alimentos por categorías, como cereales, legumbres, endulzantes y frutos secos. Mientras categorizas, verifica las fechas de caducidad para identificar aquellos productos que necesitan ser reemplazados.
Utiliza frascos y recipientes herméticos
Almacena productos como pasta, quinoa, arroz y café en frascos de vidrio o recipientes herméticos de cristal. Estos protegen contra la humedad y los insectos, prolongando la vida útil de los alimentos. Etiqueta con la fecha de almacenamiento para un seguimiento eficiente.
Ordena con un sistema lógico
Coloca los productos más utilizados en áreas de fácil acceso. Los productos más pesados deben ubicarse en la parte inferior, mientras que las especias encuentran su lugar en un área fresca y cercana.
Prioriza lo próximo a caducar
Procura mantener los productos cuya fecha de caducidad esté próxima en primera línea. Rotándolos a medida que se agotan, garantizas su consumo antes de que expiren.
Evita acumular
Organiza solo dos filas en tus estantes y evita tener múltiples paquetes del mismo producto. No rellenes recipientes hasta que se agote su contenido. Si hay espacio adicional, úsalo para maquinaria o utensilios de uso esporádico.
Reserva espacio para frescos no refrigerables
Destina un área ventilada y con poca luz para aquellos alimentos que, siendo frescos, no deben refrigerarse. Considera cestas, cajones o contenedores especiales para estas verduras. En espacios reducidos, muebles auxiliares con ruedas ofrecen flexibilidad.